domingo, 23 de septiembre de 2007

...we shall go on playing. Or find a new town.


¿Por qué presentar imágenes, retratos imperfectos, personales, irreproducibles? Porque nada más existe.

No sé que encontrarás en estas palabras, tal vez algo que te toque en lo más íntimo, tal vez los delirios vacíos de un aspirante a relator imparcial, a bestia mitológica de buffet. No estoy aquí para decirte qué debes entender, estoy para compartir mis obsesiones, mi miseria, los diamantes en bruto de mi humanidad. Si los tomas o no no importa: sencillamente quiero dartelos. No hay artista más presuntuoso que el que intenta transmitir sentido.



F

Veo que estás llorando, y hay sólo dos caminos posibles: decirte la verdad que me representa o la que estás esperando oír. Hay algo terrible en mi decisión, de cualquiera de las dos formas me estaría siendo fiel a mí mismo.

Ni los sórdidos recodos de las podridas maderas del banco de plaza, ni los autómatas transeuntes de plaza de noche de martes, ni los refulgentes heraldos del alumbrado público pueden ayudarme.

Un torrente de mentiras brota de la caverna de mi pecho, empapa mi lengua y se desliza sibilante entre mis dientes. El plástico del que está hecho el mundo se amolda y en cuestión de minutos estás riendo y bajo mi brazo, mientras los autómatas nos esquivan, ahogándose en el aire caldeado de una ciudad tan condenada a muerte como lo nuestro.

sábado, 25 de agosto de 2007

Olvido


“Ninguna pérdida debe sernos tan sensible como la del tiempo, puesto que es irreparable”.

Zenón


Desconozco cómo llegué al lugar. Si me perdí por las calles cercanas al puerto en aquella tarde nublada de Paraná o si fue una fantasía abrigada al calor de la estufa del living, da igual. Sólo recuerdo haber entrado a un caserón envejecido que tenía mis iniciales grabadas en piedra en un arco sobre la puerta.

En una iluminada sala estaban, pulcramente ordenadas en cálidos estantes de madera, todas las cosas que he perdido en esta vida.

En la primera repisa encontré el autito amarillo que en mi infancia perdí jugando en la arena, la pintura levantada alrededor de las ruedas, tal como lo recordaba. A su lado, una colección de soldaditos plásticos de cuya ausencia nunca me percaté.

Una biblioteca enfrente contenía todos los libros que presté y nunca me fueron devueltos. Una edición de tapas blancas de El principito destacaba entre el resto. A su lado, los contenedores plásticos de los Cds que nunca pude hallar.

Junto a la biblioteca se levantaba una serie de cajas apiladas, cada una con una pulcra etiqueta blanca escrita en birome. Abrí la caja Facultad. Allí estaban los apuntes que necesité para aquel examen de Historia y el anillo que rodó hasta una rejilla de desagüe cuando jugaba absorto con él mientras esperaba el comienzo de una clase.

En la caja Escuela se apilaban lápices, biromes y gomas de todas las formas y colores. Debo haber perdido al menos una por día de clases.

La caja debajo de esta contenía un pequeño recipiente con todo el dinero que se me cayó de pantalones agujereados y billeteras demasiado cargadas de monedas.


“¿Quién puede haber ordenado todo esto?” me pregunté en voz alta, mientras pasaba las páginas de un álbum de fotos de cubierta negra.

-Pensé que no lo ibas a preguntar nunca- me respondió la voz cálida de alguien que entraba a la habitación.

Tan radiante como el día en que la conocí, mi primera novia sonreía.

La tomé de la mano y corrí lo más rápido que pude, tratando de huir de aquella casa de muerte, de olvido, de pérdida irreparable. De la cárcel del tiempo.

Al salir a la luz de la tarde de sábado, nos desvanecimos lentamente, en un suave susurro, como lo hace todo lo que puebla los sueños al despertar.

lunes, 13 de agosto de 2007

...they're going to destroy our casual joys...

E

Las alas de Ícaro se derriten y muere estrellado contra el piso. El pelotón de fusilamiento descarga sobre Aurelio Buendía. Wallace es despedazado y sus miembros usados como sangrante advertencia. Akutagawa no soporta los engranajes invisibles detrás de sus párpados y se quita la vida. La sangre de Pocho Lepratti se escurre por tratar de razonar con los órganos mecánicos del odio. Bonzo regala la imagen más real concebible de la carnicería de la realidad, porque sabe que ésta no existe y que nuestros ojos son vulgares.

Los idealistas debemos morir, y lo aceptamos con la misma furia jocosa con que rechazamos un mundo que no nos pertenece. Nuestra sangre no es precio, es ofrenda.

miércoles, 8 de agosto de 2007

...strange days have tracked us down...


No pido más que lo que estoy seguro puedes darme. Podrías pensar que es cobardía, pero sé que tus límites siempre se están extendiendo, y que la vida no ha sido graciosa (en ninguno de los dos sentidos) contigo.

A esta forma de representar tu ausencia podría llamarla situacionismo. Son iluminaciones espontáneas, intentos vacuos de poblar las horas desiertas que me separan del alba. Si de mí dependiera, no mediríamos el paso del tiempo en días, sino en noches. Y no estoy solo en esto, somos miles los que pensamos así.

No es el silencio de los cementerios lo que inunda las arterias de la ciudad mientras algunos duermen. Quien piense así no tiene oídos más que para sí mismo.


C

Su celular relampaguea con la llegada de un mensaje. Somos bombas que esperan el estímulo indicado para detonar: el torrente de sensaciones que la desborda lo prueba. Podría ser él. Tiene algo más para decir. El silencio estratégico dió resultado. Todavía la ama, le intriga su ausencia, necesita clarificar, rebatir, exponer, hablar, verla, sentirla.

Los mundos de nuestra imaginación son maravillosos, es una verdadera lástima que la cruda realidad los pisotee sin miramientos, mientras algo adentro suyo se resquebraja al leer las palabras de su madre, “hay pizza en la heladera”.

La peor parte, la que demuestra que el mundo es ilusión y sufrimiento, es que la escena se repetirá ante cada nuevo relampagueo del celular. Crecemos sin darnos cuenta de la cantidad de monstruos que dejamos anidar en nosotros, y cuando decidimos enfrentarlos son lo suficientemente fuertes como para devorarnos.


D

Sus dedos de porcelana le asieron el pene con demasiada fuerza. A las muñecas deberíamos dejarlas en la repisa, no llevarlas a la cama. Lo supo demasiado tarde, y mientras ella dormía en su pecho y el humo del penúltimo cigarrillo de la noche se elevaba hacia el ventilador, algunas gruesas lágrimas resbalaron por su rostro, le aguijonearon el cuello y murieron en las indiferentes sábanas con flores, demasiado infantiles para la crueldad muda del sexo.

Cuando ella se fue juró no volver a reír, y llenó la bañera con dos espesos torrentes de sangre. Otro Cristo que muere por los pecados del mundo, pero esta vez con los brazos pegados al cuerpo.

jueves, 28 de junio de 2007

Sobre el Amor


“El recuerdo es el único paraíso del que no podemos ser expulsados” J. P. Richter

Siempre los mismos actores, las mismas caras vacías, el mismo llanto contenido en los ojos y las mismas palabras entre el humo del cigarrillo y la indiferencia de las altas horas de la madrugada: el amor es una mierda.
Cliché casi tan repetido como su contrario, el que lo postula como el sentimiento más hermoso del mundo, como la razón de ser de los seres humanos, como el misterio último, inaccesible y redentor ("Vos pensás eso porque no lo conocés. Ya te va a llegar el amor").

Bueno, señoras y señores, a mis 22 años puedo decir que el amor me llegó y se fue, y como administrador de este hotel que es mi cuerpo puedo decir con total honestidad que es el peor huésped que he tenido.
Llega sin avisar.
Pretende instalarse en la mejor habitación de todas, y una vez que le es concedida acaba por ocupar todo el hotel.
Tiene demandas irracionales que acabamos cumpliendo al pie de la letra.
Prohibe la entrada de otros huéspedes al hotel. Así, el sentido común, las amistades de años, los sanos ritos de la soledad y, digámoslo, el instinto de propia conservación (el amor es una especie de locura), terminan quedando fuera de nosotros.
Se va sin avisar ni pagar las cuentas, dejando todo hecho un desastre y, de hecho, averiando las cosas de tal modo que uno duda si pueden ser recompuestas y si no sería mejor demoler el hotel, comenzando de nuevo.

Y sin embargo, tengo que declarar que todo esto sería soportable, si no fuera por un detalle más: se queda en la puerta del maldito hotel, esperando cualquier descuido de Seguridad (un día en que nos levantamos felices, una tarde de Domingo, las altas horas de la madrugada, el embotamiento etílico, la soledad que desgarra...) para volver a entrar. Y promete que no sólo repará todos los daños que causó, sino que además dejará el hotel en las mejores condiciones en que este pueda estar.

Señoras y señores, desde la gerencia de este hotel giramos un comunicado: cuidado con el amor. Es un huésped mentiroso e ingrato al cual, una vez que le abrimos las puertas, nunca podremos desalojar del todo.
Todo esto lo aprendemos la primera vez que viene y se va, y aunque ya es tarde, jamás lo olvidaremos.

Nos gustaría poner una foto del sospechoso para que estén alerta, pero es imposible reconocerlo a simple vista. Tiene tantos nombres como rostros, y la particularidad que tenía la hidra de Lerna: si le cortamos una cabeza, le crecen dos.
El amor participa de la naturaleza del deseo y como tal, es eterno y terrible, sobre todo para los mortales, que lo padecemos sin jamás comprenderlo.

lunes, 25 de junio de 2007

Náufrago



No, I will not go.

Que su voz de sirena se estrelle contra mis oídos, como las olas bajo estas tablas lo hacen contra lejanas rompientes de orillas que mis ojos no ven.

El sol hace arder mi piel, la siento resquebrajarse como tierra seca. Áspera bajo mis dedos, repentinamente envejecida bajo el cruel beso de la sal del mar.

En el horizonte me busco, pero sé que estoy solo. Tal vez sea el último hombre sobre esta tierra y tal vez el primero. Siento la agonía del paria y el creador, que a fin de cuentas son una.

Estar arriba o debajo de los hombres da exactamente igual. Lo que nos mata es no ser uno de ellos.

Palpo al aire cargado de fantasmas que trajo su voz de sirena hacia mí. Ella está tan muerta como yo lo estaré en unas horas, mi carne reseca una torpe ofrenda sobre estas tablas, flotando al vacío por toda la eternidad.

Mi mujer, mi fantasma en el aire, pronto estaremos juntos.

I tell myself I will not go, even as I drive there.

domingo, 27 de mayo de 2007

Strange days have found us...

Se me haría complicado hablarte de la muda desesperación en que vivimos, de la violencia de la alienación, de lo irrelevantes que son nuestras vidas. Por lo demás, si tenés más de dieciocho años probablemente ya sepas de que hablo.

En definitiva, esto no es una historia en el sentido más tradicional del término: tiene visos de confesión, de ensayo, de guión teatral, de advertencia en letra chica de caja de medicamentos.

A ver, hablemos antes de empezar del amor, esa daga oxidada que te ciñe la carne de vez en cuando sin preguntarte si estás dispuesto o no. No tengas recato en quién toca tu cuerpo, por lo general esto no suele dejar consecuencias duraderas. Pero extremo cuidado con quién toca tu corazón: no hay forma de revertir el proceso.

A

Puta radiante, inmaculada, al lado de la barra, vaso brillante en la mano, la pajita seductora tan tiesa como vos. Los ojos de gata, el suave desdén con el que llena los jeans y la remera. Estás perdido.

La querés para revolcarla en una cama, para que sus botas refuljan en tu piso con el sol de la mañana. Fantástico, adelante. Supongamos que te la cojes, que algún milagro inesperado de los que abundan trastorna su juicio crítico y acepta dejar el lugar en el que la viste por primera vez con vos.

Cuidado con eso, porque el reloj no perdona, y mañana por la mañana la magia negra del aire hermano de la luna los va a abandonar. El futuro, qué carga más pesada.

Ya encontramos un dilema, las asfixiantes pasiones de la carne versus la realidad pringosa de las primeras horas de la tarde. Su ropa ya no tiene un encanto propio, sus gestos se han vuelto un poco más adustos, las palabras que la noche anterior te abrieron sus piernas parecen la arcilla de la que se moldean las novelas baratas y las declaraciones de ingresos.

Ella se va. Bienvenido al negro y denso laberinto del después.

B

La calle, ese lugar maravilloso en el que habitan los carteristas y otras bestias mitológicas. Los bancos de plaza condenados al suplicio eterno de soportar a viejas llenas de bolsas, familias y estudiantes vestidos de negro fumando en las horas muertas de la noche.

Y las luces, qué contar de las luces. Ángeles de electricidad estanca, soles de cera en miniatura, los ojos de la ciudad, los heraldos de las guerras que libramos en sus arterias. Entre ellas los edificios atiborrados de hormonas, cargando pretenciosos contra el cielo displicente, tratando de rasgarlo.

Todo va a morir, a explotar, resquebrajarse, pudrirse, y el universo lo sabe pero no lo dice. Tiene tanto miedo como nosotros de su fin inevitable, no soporta ser irrelevante en el tramado de la nada poderosa, infinita, que nos ahoga y atenaza.

miércoles, 11 de abril de 2007

Who will stop the rain?


Uno a uno, todos somos mortales. Juntos somos eternos. Francisco De Quevedo

Venía a contarte lo que ha sido mi vida en las últimas semanas, pero las arterias de luz de la ciudad me atraparon.
Recibí dos visitas de tu fantasma. Los nervios me impidieron actuar con normalidad, y terminamos realizando una torpe parodia de nuestra antigua vida: los mismos vicios y peleas , idénticas mentiras y silencios. Pensándolo bien, puede el fantasma haya sido yo.
Te pediría perdón por la traición que se está gestando, pero es hija de ambos.

Sé que hay una guerra en curso en algún lugar de mi cuerpo, algo que decide mis acciones y mi destino. A mí sólo me cabe esperar el parte con los resultados.

¿Te has dado cuenta de la cantidad de momentos importantes que nos perdemos por estar pensando en ellos? ¿Los amores que pasan caminando a nuestro lado por la calle, buscando nuestra mirada, y no vemos por tenerla fija en el suelo?
¿Has sentido alguna vez, que, como dijo Rimbaud: "La verdadera vida está ausente"? ¿Qué es esta sátira diaria, de dónde sale este guión que actuamos?

No creo en la felicidad ni en la comunicación. Nunca leerás estas palabras, y aún si lo hicieras no sabrías que son para vos.
Pero algo tan trivial como eso no es motivo para dejar de escribirlas.

Aún así, espero tu próxima visita. ¿No era esa una definición de locura? ¿Hacer siempre lo mismo y esperar resultados distintos?
El Dios que escribió nuestros libretos esta muerto desde hace mucho, mucho tiempo. Mientras tanto, el demonio del tiempo corre libre entre nuestras piernas, haciéndonos perder el equilibrio.

sábado, 3 de febrero de 2007

Declaración de Principios


Primero fue Rimbaud, ahora le robo a otro de mis poetas favoritos... Baudelaire. Este es el escrito con que se inicia el libro "Poemas en prosa".


El extranjero

-¿A quién quieres más, hombre enigmático, dime, a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano?
-Ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano tengo.


-¿A tus amigos?
-Empleáis una palabra cuyo sentido, hasta hoy, no he llegado a conocer.


-¿A tu patria?
-Ignoro en qué latitud está situada.


-¿A la belleza?
-Bien la querría, ya que es diosa e inmortal.


-¿Al oro?
-Lo aborrezco lo mismo que aborrecéis vosotros a Dios.


-Pues ¿a quién quieres, extraordinario extranjero?
-Quiero a las nubes..., a las nubes que pasan... por allá.... ¡a las nubes maravillosas!

miércoles, 31 de enero de 2007

Bajo el burlón mirar de las estrellas que hoy me ven volver


No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes.

Huye.
Walt Whitman

Me irrita la gente que hace de lo triste una pose, un estilo artístico. Me irrita particularmente que esté tan lleno de ellos, una especie de inversión absurda de los payasos de los que habla Sábato, hombre s tristes que por trabajo se pintan la cara y ríen ("Canta, la gente está aplaudiendo// y aunque te estés muriendo// no conocen tu dolor").
Hacen que cada vez que me siento deprimido no pueda evitar pensar que de palabras oscuras y predicciones fatalistas ya está demasiado cargado del mundo. Que las caras tristes en el colectivo distan mucho de ser excepciones, y que la mayoría de la gente se refugia de la tristeza en lo absurdo y no en lo hermoso... en Gran Hermano y no en la poesía, la música o los amigos.

A lo mejor el asco que me provoca su actitud es algo positivo. Últimamente la tristeza me hace reír, o, lo que suena más realista me río a pesar de ella y haciéndolo la sofoco.

viernes, 26 de enero de 2007

Cómo robarse a sí mismo


Mañana viajo, desaparezco por unos días de Paraná, me ausento, muero, quién sabe que puede decirse al respecto. Diría que voy a regresar pero sería muy presuntuoso de mi parte, y el futuro es particularmente cínico con aquellos que se atreven a decirle qué hacer...
Así que digamos, sencillamente, que me voy. Al interior de la provincia (qué cosa estúpida para decir cuando uno mismo es considerado el interior), a visitar a un amigo que sólo físicamente sigue viviendo en este mundo...


Tenía ganas de postear lo que sigue pero no sé hasta qué punto es válido presentar palabras de otro recibiendo el sólo mérito de hacerlas públicas (por eso desconfío de los editores). Cuando entendí que ya son parte de mí mismo, que no lucro con ellas y que considero al autor compañero de ruta a pesar de nuestras diferencias (tiempo, espacio y orientación sexual, entre otras irrelevancias), me pareció claro que no había forma de que esto fuera un robo. Sería robarme a mí mismo, porque estas palabras no tienen más dueño que el lector. Eso es lo mágico de la buena escritura.

Arthur Rimbaud - Una temporada en el infierno

"Antes, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde se
abrían todos los corazones, donde todos los vinos corrían.
Una noche, me senté a la Belleza en las rodillas. — Y la

hallé amarga. — Y la insulté.

Me armé contra la justicia.

Me escapé. ¡Oh bujas, oh miseria, oh odio! ¡A vosotros se

confió mi tesoro!

Logré que se desvaneciera en mi espíritu toda la esperanza

humana. Contra toda alegría, para estrangularla, di el salto sin

ruido del animal feroz.

Llamé a los verdugos para, mientras perecía, morder las

culatas de sus fusiles. Llamé a las plagas para ahogarme en la

arena, la sangre. La desgracia fue mi dios. Me tendí en el lodo.

Me sequé al aire del crimen. Y le hice muy malas pasadas a la

locura.

Y la primavera me trajo la horrorosa risa del idiota.

Habiendo estado hace muy poco a punto de soltar el último

¡cuac!, se me ocurrió buscar la clave del festín antiguo, donde

había tal vez de recobrar el apetito.

La caridad es la clave. — ¡Esta inspiración demuestra que

soñé!

«Seguirás siendo hiena, etc.», exclama el demonio que me

coronó de tan amables adormideras. «Gana la muerte con todos

tus apetitos, y tu egoísmo y todos los pecados capitales.»

¡Ah! Ya aguanté demasiado — Pero, querido Satán, te lo

suplico, ¡menos irritación en la pupila! Y mientras llegan las

pequeñas cobardías rezagadas, tú que aprecias en el escritor la

carencia de facultades descriptivas o instructivas, te arranco

unos cuantos asquerosos pliegos de mi cuaderno de condenado."

martes, 23 de enero de 2007

Tendencias

The buddhists were right all along. The world is an illusion.

Cuando escritores que te gustan como Salinger y Kerouac se tiraron hacia el budismo zen en algún momento de sus vidas, sentís la presión sobre tus hombros.
Sobre todo cuando los días se suceden sin novedades, tu capacidad de asombro parece muerta y el futuro es más amenazante que prometedor.
Un día como hoy. Un día como todos, bah.

Hasta que vas, prendés un cigarrillo, servís una taza de café y mirás por la ventana como el sol baña los árboles del jardín. No es que las cosas mejoren, pero la belleza y los vicios son las formas más fantásticas y acogedoras de olvidar el dolor del mundo.

domingo, 21 de enero de 2007

Nunca más


«¡Dime cuál es tu nombre señorial en las riberas de la Noche plutónica!». El cuervo exclamó: «¡Nunca más!»
Poe, “El Cuervo”


¿Cuántos cuerpos más deberás profanar para entender que no hay modo de recobrarla? Ella fue parte de vos pero te dejó, y de eso hace mucho tiempo. ¿Qué manos, qué labios, qué gemidos podrán ser la llave para entrar a un lugaar al que no sabés llegar?

¿Por qué crees que los hombres le temen al paso del tiempo? El remolino de emociones que somos se desespera al enfrentarse con lo inexorable, con lo absoluto, con el fin. Por eso hemos creído en una vida después de la muerte, que dónde hubo fuego cenizas quedan, que hasta la oveja más alejada del redil será recibida por Dios, que la pureza de las catedrales de la matemática nos alejará de este mundo de pasiones a uno aséptico y comprensible. Y siempre hemos fracasado.

La perdiste, no la volverás a encontrar y no tiene sentido seguir buscándola. Vivir es perder la inocencia.

Guía para recobrar y mantener la salud


Lo que me trajo aquí fueron tus caderas, y no tu corazón

Anoche, fiesta importante. Amigos, amigas, Michel Torino tinto y blanco, musica, gente nueva, chamuyos viejos y desgastados, más por el tiempo que por el uso.
Hoy el cuerpo reclama la paz perdida, pero no tengo cómo dársela, ni sé si la quiero. For every action there's consecuences, y la resaca es parte del pacto tácito que firmamos con el alcohol.

El problema de que yo escriba y ustedes lean es que el primer paso tiene que ser mío, y lo suficientemente interesante como para retener su atención. Al alcohol eso parece importarle poco, y en este post es evidente mi falta de inspiración.

Por cierto, si verdaderamente esperaban una guía para recobrar y mantener la salud, sólo puedo proponer la azarosa moneda del tiempo. En lo inmediato, nos cura o nos mata. A largo plazo, no hay opción posible.
Mañana posteo de nuevo, recuperado, o bien podía ser esta la despedida. Mañana leerán otra cosa o estas serán las últimas líneas en que se posarán sus ojos. No depende del todo de nosotros.

Hugs and kisses.

sábado, 20 de enero de 2007

Anoche, viernes, Ay Valdez (ex Deja-Vu).
Tengo 22 años y ya estoy muy viejo para este lugar. Malditas nuevas generaciones que nos han quitado a mí y a los míos la calle...
Lo peor de todo es que cuando vas envejeciendo, no sé si a modo de consuelo o por convicción auténtica (que tranquilamente puede haber surgido a modo de consuelo) ves cada pérdida como una ganancia en madurez, experiencia o alguna otra palabra vacía. Por ejemplo con esto de la calle y los boliches. Te quieren convencer de que con la edad vos y tus amigos ganan en organización y recursos, que se pueden juntar en una casa y estar hasta cuando quieran, o que ya no sienten esa necesidad adolescente de destruirse por la calle, de andar por ahí tirados riéndose de cualquier cosa y con un futuro absolutamente incierto...

Don't get me wrong, no es que mi futuro me depare certezas por estos días. Pero estoy harto de estos jinetes de la impotencia que nos quieren convencer de que ponernos viejos es progresar. Después de los 18, crecer es como "Casa tomada", de Cortázar. Vas perdiendo habitaciones de tu propio hogar y nunca sabés quién te las quitó ni por qué. Sólo te dicen, o lo que es más trágico, te das cuenta solo, de que algunos lugares ya no te pertenecen.

Anoche, viernes, Ay Valdez (ex Deja-Vu). Gente cuatro años menor, jugando los mismos juegos de encare y ebriedad de siempre. Alguna vez crecerán y verán con sus propios ojos el cliché, porque, como bien lo puso Max Payne, "no es un cliché cuando te está pasando a vos".

Introducción


Préambulo, presentación, prefacio o lo que se les ocurra.

Sinceramente, con los millones de blogs existentes intentar convencerlos de que este tiene algo en particular es como entrar con el encare de "¿venís seguido a este boliche?" Está muy visto, y si funciona deberías tener cuidado de la persona que te está respondiendo. Podés terminar en una bañera repleta de hielo (al amigo de un amigo le pasó, pero de verdad, no como a todo el resto que se las dan de hombres de mundo contando estas leyendas urbanas) o en una celebración de la Iglesia Universal.
Creo en Dios padre, todopoderoso, creador de esta página y de la Tierra. Bueno, de lo último no estoy seguro, soy un hombre de ciencia.


¿Para qué, entonces, contribuir a la contaminación comunicativa de la posmodernidad? ¿Con qué objeto incurrir en prácticas reiterativas carentes de próposito y ordenadas en base a los volubles anhelos de una voluntad que nada quiere? Más claramente, ¿para qué carajo hacer otro blog?

Me alegra no tener la respuesta. Aunque tengo un bolsillo lleno de preguntas y una bala que lleva el nombre de tu ego grabado.

Mitología en su sentido original, como una narración de historias, porque todo intento de comunicación no es más que un salto al vacío, del que sólo la fe nos salva. Escribir y hablar son los rituales que salvan al misterio de quiénes somos del olvido y que nos mantienen vivos.
Paranaense porque es el lugar geográfico en que me ha tocado vivir en esta encarnación. Siéntase libres de omitir esta palabra o atribuirle un significado emotivo. Son las dos reacciones clásicas frente a los lugares en que hemos nacido y sangrado.