miércoles, 31 de enero de 2007

Bajo el burlón mirar de las estrellas que hoy me ven volver


No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes.

Huye.
Walt Whitman

Me irrita la gente que hace de lo triste una pose, un estilo artístico. Me irrita particularmente que esté tan lleno de ellos, una especie de inversión absurda de los payasos de los que habla Sábato, hombre s tristes que por trabajo se pintan la cara y ríen ("Canta, la gente está aplaudiendo// y aunque te estés muriendo// no conocen tu dolor").
Hacen que cada vez que me siento deprimido no pueda evitar pensar que de palabras oscuras y predicciones fatalistas ya está demasiado cargado del mundo. Que las caras tristes en el colectivo distan mucho de ser excepciones, y que la mayoría de la gente se refugia de la tristeza en lo absurdo y no en lo hermoso... en Gran Hermano y no en la poesía, la música o los amigos.

A lo mejor el asco que me provoca su actitud es algo positivo. Últimamente la tristeza me hace reír, o, lo que suena más realista me río a pesar de ella y haciéndolo la sofoco.

3 comentarios:

MCB dijo...

Wuau, blog copado che, buenas lecturas, buenas citas, y más aún, de Paraná. No conocía tu blog, llegué acá por el comment que nos dejaste en Irremediable Realidad. Bienvenido sea tu blog!, bienvenido seas a la Irremediable Blogósfera.

La Marxiana dijo...

Sabes que ? Para el poeta hay cierto regodeo en la tristeza. Una tristeza que es alegria. Una angustia existencial que da placer. Un saberse distinto que por lo general duele pero que de vez en cuando te deja gozarlo.
El placer de la soledad acabada, un cigarrillo prendido, salvo el crepusculo de cortazar en mis manos y la tenue musica de Nick Cave llegando cual manantial a mis oidos. Afuera llueve. Dicen que no llueven sueños. Pero mi tristeza visceral da placer infinito.

Sibyl Vane dijo...

Es un placer regresar a tu blog para comentar en una entrada como ésta.

Quizás para muchos sea una pose, pero es verdad lo que dice marxiana, el poeta cree necesitar de esa tristeza.
Yo, que escribo eternamente, lo admito, puede que de afuera me vean así, pero si me preguntan digo que soy una melancólica inconsolable. Esa melancolía esta siempre presente en mí, aunque sea feliz, cosa que hoy puedo decir que soy.

Quizás es sólo buscar la diferencia, lo que nos hace distintos pero termina haciéndonos iguales.

Saludos, desde esta latitud que nos une.-