
Son esas palabras
que empezamos a decir más seguido
cuando el silencio deja de ser paz
para comenzar a ser olvido.
Hemorragia de luz,
somos el eterno presente
de un te quiero pronto a no querer
más que a sí mismo.
Mueren, mi amor,
para que nosotros vivamos.
Sin Auschwitz, sin Hiroshima
no tendrían ese brillo tus ojos.